Destiny, una década de amor |
Primero, antes de explayarme abiertamente, debo dejar claro algo: NO SOY PERIODISTA. No tengo la mínima intención de hacer una crítica o un análisis de LA FORMA FINAL. Para eso, dejo a gente que se dedica a esto. Voy a hablar del juego que lleva 10 años en línea. Y es casi imposible ser objetivo al haber invertido tanto tiempo en la experiencia. ¿Quién puede relatar un hecho ocurrido hace 10 años sin faltar a la pura verdad? Por lo menos, yo no puedo.
Y segundo: Francia
Juego Destiny desde la beta en Xbox 360. En su momento, para mí era la panacea jugable. Los creadores de una de mis sagas preferidas, Halo, iban a hacer un juego con mecánicas de looter shooter, al estilo de Borderlands, otro de mis juegos preferidos.
Desde el principio, amé el juego. Cruzarte con gente de la nada. Entablar amistades que aún conservo. Crear hermandad para poder despejarnos de las realidades cotidianas tan estresantes. Destiny para mí ha sido eso. Un nuevo hub social donde reunirme con gente de todo el mundo y disfrutar (a veces no tanto) el juego en línea como en ninguna otra experiencia. Solo aquellos que hayan terminado una raid entenderán la sensación, la adrenalina y el subidón de dopamina que te da poder matar a un Dios de la Colmena o una Máquina Cibernética de Siva en un bunker ruso.
Si bien a lo largo de estos 10 años de juego, la experiencia tuvo sus altibajos, romances y separaciones. Varios publishers, varios inversores. Pero la comunidad siempre estuvo bancando los cambios, y las veces que no los bancó, alzó su voz hasta que fue escuchada.
Si leen la otra nota que me publicó Extragamers, (haz click aquí para leerla) podrán ahondar en la experiencia de las amistades online y de la hermandad que generamos.
Y después de 10 años llegamos a la FORMA FINAL. El gran evento que daría cierre a la épica trama de LA LUZ VS LA OSCURIDAD. Tropo clásico que desde el inicio de la humanidad venimos escuchando. El Bien VS El Mal. Pero lo interesante de lo que plantea Bungie en la historia es que no todos los héroes del bien son impolutos guardianes ni el mal es una cosa carente de motivaciones. Excelente el Lore.
Y un día llegamos a las entrañas del Viajero, vimos al mal consumir la luz silente del Dios mudo. En un evento mundial unas 300.000 personas intentaron subyugar al TESTIGO (el malo malo) donde solo una escuadra de 6 pudo vencerlo en las 24 horas del desafío. Pero la cantidad ingente de personas alrededor del mundo a la espera de ese suceso estaba ansiosa por la promesa de Bungie del “FINAL ÉPICO” al que todos íbamos a ser parte.
Y llegando a este Final épico. Una cinemática que toma mucho de END GAME. Donde vemos a todos los héroes, e incluso algunos enemigos, aliados para combatir al Testigo e impedirle llegar a la FORMA FINAL. En la cual modelaría el universo a una versión perfecta, donde no existe el dolor y el sufrimiento.
Soy un tipo grande. Duro. Con cara de vikingo, barbudo, pelilargo, pelirrojo. Pelo en pecho, espalda plateada. Pero lloré como un niño en la última misión.
10 años.
No 10 años de historia.
Sentí que tenía 10 años.
Grité, lloré, pataleé. Volví a llorar y sentí un vacío completo.
Por estos sentimientos tan fuertes es que no puedo tener una visión objetiva. Tengo el corazón puesto en la historia. Puteé a personajes que se acobardaban, victorié cuando salieron a la batalla.
Y llega ese momento. 12 personas, los aliados, los enemigos. Los Guardianes. Todos unidos en una sola misión. Terminar al Testigo después que una escuadra de 6 personas de 300.000 pudieron herirlo y ahora sabíamos cómo matarlo. La palabra épica es un término que queda pequeño.
Y en el último aliento de vida. Todos canalizaron su luz para ver caer en el vacío a la manifestación corpórea de la oscuridad. Gritos y vítores. Lágrimas contenidas y desconcierto.
Y después de eso, el vacío en el corazón.
SPOILERS
Nuestro espectro muere. Pero Cayde6, uno de los personajes icónicos del juego, se sacrifica para devolverle la vida.
Fin de Spoilers
Y ahí el llanto incontenible de un niño de 10 años viciando y disfrutando un juego.
En el MEJOR EPILOGO DE UNA HISTORIA JAMÁS CONTADA… bueno, exagero un poco, pero eso es lo que hacen los niños. Un festival de luces, 4 amigos sentados mirando atrás, con el sentimiento de vacío en el alma. Nostalgia, calma. Y ese calorcito que te dice que no se termina, que empieza algo nuevo.
Todo esto se da en un momento de mi vida donde poco a poco fui perdiendo el encanto de sentarme a jugar. La vida te va pasando por encima y ya no cuentas con el tiempo o energía para disfrutar cosas que antes te hacían bien. En un mundo de videojuegos que solo busca furiosamente ganancias exuberantes por encima del contenido que entregan. Y lo digo como Director de un Estudio (Bacord Games) que tiene que estar lidiando con publishers y “gente de negocios”.
La industria mató al niño.
Pero, cada tanto. Gracias a juegos como Inscription, Destiny, Sea of Stars y algún otro tapado por ahí. El niño vuelve. Y vicia sin pensar en la industria decadente y autofagocitante.
Gratias vobis agimus.