El juego argentino "Eigengrau va al museo" ya se encuentra disponible y charlamos con su creador.

El juego argentino "Eigengrau va al museo" ya se encuentra disponible y charlamos con su creador.
El juego argentino "Eigengrau va al museo" ya se encuentra disponible y charlamos con su creador.


Un nuevo juego de industria nacional se encuentra disponible en Intch.io. Se trata de "Eigengrau va al museo", una aventura desarrollada por Juan Manuel Locaso de la provincia de Entre Ríos, quien nos invita a conocer y recorrer este museo de arte virtual donde veremos obras realizadas con 1 bit. Algo espectacular.

Este proyecto nació, como muchos tantos otros, junto con el inicio de la pandemia por COVID-19. Juanma ideó un proyecto donde volcar todo su conocimiento y experiencia como guía y educador en el Museo de Artes Visuales de Concordia. Su objetivo es dar a conocer a los artistas visuales que existen en nuestro país, que muchas veces hacen un trabajo increíble pero desconocido para las mayorías. Para lograr algo realmente único, su creador quiso hacer realidad un viejo anhelo, crear un videojuego que rescate la estética de los RPGs de los 80s-90s y que dialogue con las artes visuales, considerando que ambos mundos están unidos por intención de expresión y de trabajo. Para lograr esto utilizó el motor gráfico BITSY, y el resultado es realmente un hermoso golpe de nostalgia. 


Manifestación fue una experiencia previa al juego actual. 


En ExtraGamers tuvimos la posibilidad de charlar con su creador, quien nos respondió amablemente las siguientes preguntas:

P: ¿Cómo nació la idea de hacer Eigengrau va al museo?

R: Eigengrau va al museo es el resultado de dos experiencias previas: Manifestación y Vanguardia Roja. Cuando comenzó el confinamiento por la pandemia de COVID-19 me pregunté cuando nos íbamos a encontrar de nuevo en la Plaza de Mayo en algún acontecimiento público/político/artístico y de la traducción de ese pensamiento surgió aquella primera aproximación a Bitsy. Vanguardia roja, en cambio, nació de una reinterpretación pixelada de aquella famosa exposición (0.10) en donde se presentaron por primera vez Cuadrado negro sobre fondo blanco de Malevich y Contrarrelieve de esquina de Tatlin, dos obras que me fascinan por el quiebre que generaron en el pensamiento visual (¡en 1915!).

Eigengrau mezcló esas dos propuestas: la de pensar cuando volveríamos a recorrer museos de arte de nuevo. ¡Por suerte eso sucedió antes de que terminara el juego!


El motor elegido para el desarrollo fue BITSY.


P: ¿Por qué elegiste el motor gráfico Bitsy para desarrollarlo?

R: ¡Bitsy me parece brillante! Permite que todxs -con conocimientos en programación o no- nos animemos a hacer un videojuego, y eso para mí es valiosísimo. Así que lo elegí porque considero que era el indicado para hacer un experimento de este tipo, en donde los píxeles son celebrados y no escondidos con filtros.

En las experiencias previas a Eigengrau la propuesta lúdica solo consistía en recorrer, mirar y leer, algo que no me terminaba de cerrar, pero que a su vez era a lo que estaba limitado por mis conocimientos técnicos en este motor. Es por ello que empiezo a pensar en una experiencia con mecánicas lúdicas acordes a las potencialidades de Bitsy, cuya particularidad es que al ser minimalista en su concepción sobre las posibilidades gráficas y técnicas (algo que considero una decisión estética arriesgada e inspiradora) permite pensar soluciones creativas/alternativas para sortear las limitaciones del mismo. Quiero destacar a la comunidad de Bitsy por esto último, ya que han desarrollado juegos increíbles en este sentido y sin dudas fueron escuela para el desarrollo de Eigengrau. Así que a recorrer, mirar y leer le pude agregar otros verbos como juntar, pegar, cortar, ensamblar e inclusive romper en un diálogo entre los aspectos técnicos del motor y las particularidades de las obras homenajeadas.



P: ¿Qué pudiste volcar de tu experiencia como guía de museo en el juego?

R: Muchas personas se resisten a asistir a un “museo de arte” porque todavía la etiqueta de elitismo nos pesa sobre nuestro campo, así que el trabajo de guiar para mí (y el de todxs mis compañerxs del Museo de Artes Visuales de Concordia, nuestro lugar de trabajo) es un poco desarmar aquel prejuicio apostando a generar un espacio de confianza en donde las preguntas sean más importantes que las respuestas y quizás donde se pueda potenciar la curiosidad y el después de la visita, es decir, la posibilidad de que esos estímulos se traduzcan en ganas de crear, en la posibilidad de pensar y hacer algo nuevo. En este sentido, si bien son campos muy distintos, hay una intención de empezar a reivindicar el derecho al misterio, a lo poético, pero no desde una torre de marfil, sino a través de una pequeña sugerencia, desviando ese camino impuesto que, por ejemplo, hace que no conozcamos la obra de nuestros queridxs artistxs visuales.

No quise que Eigengrau sea una suerte de “manual introductorio de artes visuales”, sin embargo, no abandoné la rigurosidad de poner las fuentes o de identificar en que museo/galería se encuentran los originales para ir a visitarlas... sobre todo porque es una excusa que estimula el después del juego, el seguir buscando sobre las obras, sobre lxs artistxs, el dibujar, y -¡quien te dice!- el hacer otro videojuego.

El mapa del juego es una maravilla. 


P: ¿Qué te gustaría lograr con esta aventura? ¿Hasta dónde te gustaría que llegue?

R: Siendo sincero, ¡pensé que no lo iba a terminar! Hice como 75 dibujos de obras/movimientos/episodios del arte y no podía decidirme por cuáles seleccionar para el videojuego. Aproveché algunas fechas límites para decidirme a terminarlo y seleccioné 9 en los que había desarrollado una mecánica de interacción previa y me puse a desarrollar el hilo argumental y las formas de los comentarios de los PNJ (el tono coloquial litoraleño, por ejemplo). A partir de ese momento me dije: Todo lo que venga ahora, viene de regalo.

Quizás en una actitud medio temeraria se me ocurrió hacer la difusión, primero por Twitter, donde sigo a muchísima gente que admiro, pero que no conozco personalmente y la respuesta fue conmovedora, de muchísima calidez en una época donde se celebra cierto cinismo y en que pareciera que todo vale lo mismo. Ese fue un gesto que no voy a olvidar.

Me encantaría que Eigengrau pudiera ser jugado en las escuelas, museos o centros culturales. Tengo el apoyo del MAV Concordia donde trabajo para realizar alguna presentación del mismo, y me quedan pendientes algunas charlas con colegas docentes para poder hacer actividades en conjunto.

Libros de apoyo para crear el juego. 


Además, creo que vendría bien que, además de conocer las obras homenajeadas en el contexto del juego, se pudiera hacer un tallercito de Bitsy para que quienes -como yo- no se animaban a dar el primer paso en este mundo de los videojuegos (actualmente ando trabajando en esto).

Del círculo mágico al lápiz, del píxel al papel, nos encontraremos seguro creando entre todxs eso que queremos jugar o crear, pero que todavía no existe. Todavía… ¡Pero ya falta menos!

El juego se puede disfrutar de manera totalmente gratuita en su perfil de Itch.io (haz click aquí). Sin duda un proyecto que se merece seguir creciendo hasta llegar a cada niño que lo quiera jugar y no solamente se podrá divertir sino que conocerá a grandes artistas de Argentina. Un premio doble sin duda.