Análisis: Slipstream, un juego que apuesta a los amantes retro.

Análisis: Slipstream, un juego que apuesta a los amantes retro.
Con una formula retro que está de moda y un par de ideas con base en la accesibilidad, Splitstream apuesta al mundo consola.

Slipstream es un juego que en versión PC hizo su aparición en 2018 y que en la actualidad llega a las consolas de la vieja generación PS4, Xbox One y Nintendo Switch. ¿Lograrán los chicos de Ansdor y los productores BlitWords proponer una experiencia lo suficientemente llamativa como para atraer a los fanáticos retro? Te contamos nuestras impresiones en ExtraGamers.

Primero, las cosas como son. ¿Qué es Slipstream? Es un juego de carreras retro que tiene fuerte inspiración en OutRun y Ridge Racer, lo que significa que tendrás una velocidad de juego muy alta, con cámara en 3ra persona, colores vivos, circuitos bien realizados y fieles a lo que se producía en los años '80 y '90, música inspirada en dicha época y personajes (o rivales) que te recordarán a más de una película de aquél entonces. 

Aunque no existe la meteorología dinámica, algunos niveles tienen lluvia y nieve, lo que otorga un mínimo de variedad.

Gameplay


Normalmente hablaríamos de la historia o la trama que cada juego tiene pero en éste caso, al igual que muchos juegos de carreras de los '80 y '90, no hay una historia que contar. El juego te abre un menú con distintas opciones, como jugador único, partidas multijugador (Sólo locales), Tutorial y Opciones de juego entre otras posibilidades que te empujan a ir directamente al grano, su gameplay. 

Splitstream ofrece 6 modos de juego, desde el clásico Carrera única, pasando por el Grand Tour y las pruebas Contrarreloj a un par de ideas bastante interesantes para darle más vida útil al juego, como el Battle Royale (Que sería un modo eliminación en multijugador local) y sobre todo el modo Cannonball, que está inspirado en la carrera anual clandestina que se lleva a cabo en Estados Unidos y de la cuál se han hecho algunas películas al respecto. Aunque el modo Grand Tour se parece bastante al modo eliminación de cualquier otro juego de carreras retro o que podrías encontrar en las máquinas de negocios, en lugar de competidores y tiempo en contra tienes rivales que superar en cada nivel, lo que les da algo de personalidad a ciertos competidores, que son los rivales que identifican cada zona y que encontrarás no sólo en éste modo, sino también en el Cannonball y carrera única. La manera en como buscaron reinventar una formula clásica y un juego que de por sí está muy limitado por el género que replica, es bastante interesante y merece encomio por ello. 

Splitstream tiene un par de detalles que mejoran la vida del jugador, como la posibilidad de retroceder en el tiempo.

Llegados aquí vale la pena resaltar las cosas positivas de Splitscreen, porque se pone como una experiencia que busca mejorar lo clásico de los juegos de carreras de los '80 y '90, algo que en buena medida logra hacer. El desafío contrarreloj es el conocido por todos pero es bueno verlo en un juego como éste, donde la habilidad y los reflejos son importantes para no tener tantos accidentes. Los rivales son la mejor invención al respecto, ya que logran que tu interés se focalice más en ellos que en el resto de los corredores, con frases que evocan personajes de la cultura pop o que están dirigidas hacia ti y aunque si es cierto que no son demasiadas frases, funcionan para crear una rivalidad en cada nivel que superes, dándole cierta personalidad al juego. Otro pequeño detalle, pero no menor, es la posibilidad de elegir si modificar tus coches o no en el evento Grand Prix, ya que se abren campeonatos que te obligarán a correr con el vehículo original y otros que, con dinero, te permiten mejorar su aceleración, su velocidad y su manejo para ser mejor en cada carrera. La inteligencia artificial de los corredores es bastante buena aunque sólo se base en acelerar más rápido o más lento. El modo “rebobinado” del tiempo te concede hasta 5 segundos para retroceder si equivocándote vuelcas el vehículo, lo que concede evitar errores en un juego que no los perdona demasiado. Y sobre todo, Cannonball es el modo más sencillo y brillante para unir hasta 20 pistas (que son todas las que el juego propone) en un desafío que puede durar más de los clásicos 3 minutos que duraría cada carrera. Se puede variar el orden de las pistas, lo que garantiza variedad a la carrera y junto a un máximo de 12 competidores, y varios rivales que componen cada nivel garantiza un buen desafío para cualquiera que busque un serio desafío retro.

La conducción es fiel al género puramente arcade al cuál se inspira.



Pero así como hay cosas buenas, también hay cosas malas que debemos destacar, y en su mayoría están ligadas al género que representa (retro racing) pero también a una serie de ideas que podrían haberse aprovechado mejor. La variedad de vehículos es limitada a 5 y no puedes conseguir otros, tampoco puedes personalizarlos de manera definitiva (Salvo que estés en el modo Grand Prix). Aunque si es cierto que puedes limitarlo en cantidad. El tránsito será el dolor de cabeza más grande que tendrás, ya que corre a una velocidad muy alta y muchas veces te será un obstáculo entre los corredores y la meta (de hecho por momentos serán más rápidos que todo lo que viaje por esa pista). Muchas veces, sobre todo si eliges una densidad alta, chocarás por evitar a los civiles que parece que compiten contra ti, los corredores y los rivales. Hubiera bastado bajarles la velocidad para resolver el problema. Otro de los aspectos negativos, pero quizá limitantes en realidad por la clase de juego que es, es que se trata de un juego “2D y medio” y no siempre es fácil calcular la distancia entre coche y coche, lo que muchas veces hará que golpees un vehículo que creías poder evitar. Y aunque si es cierto que los vuelcos no siempre penalizan tanto, empujar varias veces un vehículo por accidente provoca cierta frustración. Una de las cosas que no tiene es el Multijugador en línea, algo que considerando el público al que va dirigido no nos parece demasiado importante pero que vale la pena destacar, ya que su multijugador local pierde sentido si tienes un sólo joystick, a menos que juegues en Nintendo Switch, en donde éste modo de juego seguramente cobra vida. Y como oportunidad perdida, quizá el modo Cannonball habría podido darle un lugar a la policía, ya que hablamos de una carrera que puede llegar a ser muy larga y repleta de pilotos en ambientes que van cambiando relativamente rápido, por lo que tener perseguidores que poco a poco van atrapando corredores podría haberle dado ese extra a un apartado que funciona bastante bien, pero que quizás con un poco de atención podría haber funcionado mejor.

El tránsito será tu peor enemigo.


Gráficos y Música

A nivel gráficos hablamos de un trabajo bien realizado, ya que la pixel art está bien proporcionada con una excelente velocidad de juego que viaja a 60 fps estables en la mayoría de las ocasiones y que regala colores vivos y un alcance de visión estándar muy decente. Edificios, carteles, casas y árboles se sienten bastante repetitivos y podrían haberse trabajado mucho mejor dando más variedad así al juego, pero pensando en el género que evocan, podemos afirmar que el trabajo es satisfactorio. Lluvia y nieve (que están presentes en algunos niveles) no cambian nada el gameplay pero junto a otros circuitos donan un efecto de “belleza gráfica” y un trabajo hecho con atención en éste apartado.

A nivel de audio y sonoro, las músicas están bien, no son muchas, pero son suficientes para lo que el juego tiene que ofrecer, son variadas y cambian en base al modo de juego, por lo que el resultado es aceptable. Por lo que concierne el sonoro del vehículo, es malo, sencillo y anónimo. No sientes el sonido de un motor con personalidad, no se aprecia la aceleración o la frenada del vehículo y lo único que sentirás será un derrape si decides hacerlo. Es evidente una vez más, que estamos delante de una experiencia que debe escucharse con música para poderse disfrutar tal cuál fue pensada.

Gráficamente hablamos de un juego que captura lo mejor del género.


Conclusiones

Splitstream es un homenaje al género Racing Arcade de fines de los '80 y '90. Con controles precisos, una velocidad alta de gameplay que en todo caso puede ser limitada u adaptada desde las opciones ofrece todo eso que aprendimos a conocer y querer en un juego de carreras en las máquinas o en los primeros NES de principio de los '90. Colores vivos, un modo de juego que engloba todos los circuitos en 1 carrera y un inteligente uso de rivales le donan esa personalidad que le permite destacarse entre otras producciones similares. Pero al mismo tiempo deja esa sensación que podría haberse hecho mucho más, el tránsito necesita de ajustes y como todo juego retro, es un desafío que no perdona errores y algún modo de juego extra o alguna implementación inteligente (como la policía) podría haberlo hecho más interesante. 

De todos modos, es una oferta interesante que al precio ofrecido vale la pena considerar si sos alguien que ama éste género. Si eres alguien que quiere entrar a éste mundo podría ser una buena manera de hacerlo pero se siente las limitaciones de una experiencia que seguramente no será para todos. Aún así y considerando que es un juego en Español lo recomendamos desde ExtraGamers.