![]() |
ANÁLISIS: Call of Duty Black Ops 7 |
Call of Duty Black Ops 7 se presenta como la entrega más ambiciosa en contenido de la saga: campaña cooperativa, multijugador clásico, Zombies y el novedoso Objetivo Final, un modo extraction shooter que amplía el espectro jugable. La variedad es innegable y la propuesta se viste de secuela directa de Black Ops 2, apelando a la nostalgia y al legado.
Una campaña delirante
Mis primeras horas con Call of Duty Black Ops 7 fueron raras. Como buen viejo jugador de first person shooter, suelo comenzar por la campaña y aquí es donde el juego exhibe su mayor problema. La experiencia single player se siente incoherente: diálogos con compañeros que nunca aparecen, ausencia de bots, mecánicas pensadas para el cooperativo y un diseño que parece más un injerto de Warzone que un relato con identidad propia. Avalon, el mundo abierto, expone aún más las carencias de la IA y convierte la exploración en un ejercicio vacío, pese a las habilidades de movilidad que deberían potenciarla.
La campaña, vendida como secuela de Black Ops 2, se percibe más como un spin-off desbordado cercano a los excesos de Far Cry, que como un capítulo fiel al espíritu oscuro y político que definió la saga. Es divertida con amigos, sí, pero decepcionante para quienes buscan continuidad narrativa y coherencia.
Pero fuera de toda critica, tengo que reconocer que me mantuvo muy entretenido las pocas horas que me llevó completarla. La sensación que me queda es como la de ver una película de The Fast and Furious en el cine, uno va a pasarla bien durante unas horas sin tener que pensar en nada. Mala, incoherente, delirante, pero esas horas me desconecté de todo y las disfruté.
Un multijugador que late con fuerza
Black Ops 7 ofrece la experiencia multijugador más sólida de la saga en mucho tiempo. El frenetismo del omnimovimiento se mantiene, ahora enriquecido con el salto en la pared, que abre nuevas rutas y estrategias en mapas diseñados para aprovecharlo. El gunplay sigue siendo impecable y se ha alcanzado un equilibrio en la agilidad que evita los excesos de los exoesqueletos. El deslizamiento continúa siendo clave, y la variedad de modos —Dominio, Escaramuzas 20v20, Punto Caliente, Duelo por Equipos— asegura que cada jugador encuentre su espacio.
Los mapas brillan por su diseño variado y dinámico y aunque algunas mecánicas nuevas -como la de tomar rehenes- resultan vistosas pero poco útiles, el ajuste del tiempo para matar aporta justicia y satisfacción. Es un multijugador que se siente como en casa, aunque quizás demasiado, mejora sensaciones respecto a Black Ops 6, pero sin romper moldes.
Los Zombies no fallan pero tienen matices
La vertiente Zombies sigue siendo uno de los pilares más queridos. El mapa principal es enorme, tanto que requiere vehículos para desplazarse, y se complementa con modalidades más guiadas y las clásicas oleadas en espacios cerrados. El modo Maldito introduce reliquias y mayor dificultad, mientras que el regreso de Dead Ops Arcade 4 sorprende con 80 niveles de twin-stick shooter frenético, divertido y con guiños estéticos a productos como Blood Dragon.
La progresión ahora se divide en recursos y chatarra, lo que añade capas estratégicas, y el lore, secretos y potenciadores mantienen esa idiosincrasia única que hace de Zombies un universo propio dentro de Call of Duty. Es complejo, exigente y tremendamente satisfactorio en cooperativo, aunque las dinámicas heredadas de Warzone, como las placas de armadura, generan división entre los jugadores.
Técnicamente impecable
Gráficamente, cumple como siempre con solvencia, en Xbox Series X se mantuvo en 60 fps estables como una roca. Los escenarios y personajes tienen un excelente acabado y aun en momentos de mucha carga y efectos, no noté en ningún momento alguna bajada en la resolución en pantalla. La banda sonora y los efectos de sonido son de lo más destacable de la campaña, el doblaje está perfectamente doblado en nuestro idioma.
Una entrega divisiva
El gran problema de Black Ops 7 es su profundo continuismo. La campaña, planteada como cooperativa y vinculada a Avalon, se siente fuera de lugar como secuela de Black Ops 2. Más que aportar, funciona como un anticipo de Objetivo Final, y termina debilitando el conjunto. En un contexto donde el precio completo puede ser un obstáculo, un modelo fragmentado —campaña, Zombies y multijugador por separado— habría sido más honesto y atractivo.
Conclusiones
Call of Duty Black Ops 7 no es un mal juego, en absoluto. Su multijugador es de lo mejor, el modo Zombies sigue siendo un universo fascinante y Objetivo Final tiene potencial para convertirse en el nuevo bastión de la franquicia. Pero la falta de innovación y el peso de una campaña fallida lo dejan en un título olvidable.
El tiempo dirá sí con una entrega anual Call of Duty se seguirá manteniendo relevante en los próximos años, pero creo que todos tenemos la sensación de que ya es momento que la franquicia se tome un respiro y regrese con ideas claras y renovadas para ser esa first person shooter de acción referente que supo ser por más de dos décadas.













