Análisis: Halo Infinite, 20 años no son nada.
Hablar de Halo es hablar de la historia de Xbox; sin Halo como exclusiva en el lanzamiento de la primera consola de Microsoft, no se hubiera generado todo el interés que hubo por la máquina de Bill Gate y todo el éxito que se produjo posteriormente. Por eso, cada vez que se lanza un nuevo Halo es un gran acontecimiento para la compañía y una presión muy alta por las expectativas que genera en los jugadores, en especial en los Estados Unidos.
Después de una quinta entrega que sin ser un mal juego no conformó a nadie en general, la gente de 343 Industries tenía una presión muy grande en sus espaldas para desarrollar la siguiente. Recordemos que 343 Industries tomó el revelo de Bungie, los creadores de Halo, que decidieron dejar la franquicia después de la tercera entrega para volcarse de lleno a otros proyectos multiplataformas.
Y el camino a Halo Infinite no fue nada fácil, hubieron años de desarrollo, polémicas y un retraso de un año en la fecha programada de lanzamiento, luego de una presentación que género muchas dudas. Por suerte, nada de eso afectó al juego que tenemos hoy en nuestras manos. El Jefe Maestro vuelve por todo lo alto y deja claro que tras 20 años se encuentra en su mejor forma.
343 Industries nos hace volver a las raíces de la saga haciendo un verdadero homenaje a la franquicia, con un shooter de mundo abierto perfectamente estructurado con una historia muy personal que atrapa desde el principio. Halo Infinite es el juego más ambicioso de la franquicia, candidato firme al GOTY del año y nos brinda las mismas sensaciones que tuvimos cuando jugamos aquel primer juego desde el mando Duke de la primera Xbox.
Una historia más personal
La historia comienza varios meses después de lo pasado en Halo 5: Guardian, con el John-177 a la deriva en el espacio. Una nueva amenaza llamada los Desterrados fue quienes lo dejaron en esta situación. Dos años después, un piloto humano que se encontraba extraviado lo rescata cerca del anillo Zeta. El piloto y nuestro nuevo compañero, Eco-16, le cuenta que la humanidad perdió la guerra y está prácticamente en extinción. A partir de acá nuestro objetivo es recuperar a Arma, una nueva IA “que todavía no se volvió loca”, e investigar el paradero de Cortana en el anillo Zeta, el cual se encuentra tomado por los Desterrados.
Mucho más no voy a contar sobre la historia ya que es mejor que la vayan descubriendo ustedes, pero sí les voy a adelantar que es la historia más personal respecto al Jefe Maestro y con muchísimas referencias a todo lo ocurrido en los juegos anteriores, incluso los Halo Wars. Así que, a los que jueguen esta franquicia por primera vez, les recomiendo que lean por internet o vean por YouTube algunos de los videos donde se hace un repaso a las historias de los juegos.
¿Y cuánto afecta esta historia más personal al juego?, en realidad bastante. La historia va sobre Jefe Maestro, de su vínculo con Cortana y de su relación con sus nuevos compañeros, Eco-16 y Arma. Gira toda centrada en él, buscando profundizar en su faceta más humana a tal punto que el villano, Escharum, pasa a un plano secundario.
Desde el principio Halo Infinite deja claro que no estamos en una batalla a gran escala como en episodios anteriores sino más bien en una donde la humanidad ya no tiene el control y a los Desterrados solo le queda dar caza a nuestro protagonista. Ya no somos nosotros contra ellos sino ellos contra nosotros.
Este factor en la historia se traslada directamente al juego, haciendo que este nuevo Halo sea un juego más táctico donde cada paso que damos, debemos pensarlo mucho más que en juegos anteriores. Se pierde algo de espectacularidad pero ganamos en libertad y en jugabilidad. No tengo dudas que se gana más de lo que se pierde.
El mundo abierto que siempre pidió la franquicia
Nunca me voy a olvidar de las primeras sensaciones que tuve con el primer Halo y su mundo en forma de anillo, sin ser un mundo abierto los niveles eran de un tamaño colosal y generaban una sensación de inmensidad nunca antes vividas por aquellos años. 20 años después puedo decir que aquello lo he vuelto a vivir con Halo Infinite, el anillo Zeta me atrapó con su diseño y arquitectura.
El mundo abierto no es de los más grandes y variados, pero es muy vertical y siempre dan ganas de explorarlo. También, al no ser un mapa tan extenso, no cansa trasladarse de un punto a otro. La sensación es como la que tenemos cuando jugamos a un Far Cry pero a menor escala, con objetivos principales bien claros, algunas secundarias y un montón de bases enemigas que debemos conquistar para ir ganando terreno frente a los Desterrados.
Existe la opción de utilizar una cantidad muy grande de vehículos para movernos por el anillo pero, más allá de alguna misión donde necesitaba llevar aliados que nos acompañen, me moví mayormente a pata y aprovechando el nuevo juguete con el que cuenta el Jefe Maestro, el gancho, del cual más adelante les voy a contar.
Sin embargo, no todas las misiones pasan en el mundo abierto. Tenemos algunas misiones pasilleras muy bien diseñadas y que ayudan a aportar variedad al conjunto. Mención especial a la parte final donde se cuenta con el nivel de producción que uno espera en un juego de esta envergadura.
Como conclusión, es un mundo abierto que podría haber sido un poco más variado y extenso y habérsele dotado de mayor espectacularidad a algunas batallas, tal como Halo nos tenía acostumbrado de juegos anteriores. Pero no tengo dudas que ésta era la dirección que tenía que tomar la franquicia y han hecho un trabajo notable. En las horas que me llevó terminar la aventura, que no fueron pocas, jamás sentí aburrimiento y me costó mucho soltar el joystick, algo que últimamente no me está pasando seguido.
El gancho nuestro mejor aliado
Si hay algo en lo que se destacó siempre la franquicia desde su primera entrega, es en el excelente gunplay que tiene y que se adapta perfectamente al cambio de mundo abierto. El Jefe Maestro se siente rápido, ágil y poderoso en todo momento. Las sensaciones al mando son perfectas, todas las armas se sienten muy bien, hasta las alienígenas que siempre me resultaron sosas, ahora se perciben con más fuerza y contundencia. La variedad de armas es la más grande que recuerde y difícilmente alguien se sienta defraudado en este sentido, aunque en mi caso si extraño no poder usar dos armas al mismo tiempo como en Halo 2.
Pero ahora, hablemos de la principal y prácticamente única novedad en el gameplay que tenemos, el ya nombrado gancho. Este nuevo implemento que tan de moda se puso en los últimos años, es tal vez el elemento más importante que tuvo nuestro protagonista en toda su historia. Está tan bien complementado que a los pocos minutos vamos a tener la sensación de que siempre lo llevamos con nosotros. Nos permite hacer muchísimas cosas; impulsarnos hacia enemigos y superficies, recoger armas y explosivos, y muchas otras que se van a ir desbloqueando en el árbol de habilidades que tiene nuestro personaje.
También resulta de mucha importancia en la navegación por el mapa, haciendo que podamos trasladarnos a mayor velocidad y haciéndonos llegar a zonas que de otra manera sería imposible llegar, aprovechando la verticalidad del mundo del que les hablé.
Estas posibilidades con las que contamos no serían de mucha utilidad si nuestros enemigos no poseyeran una inteligencia artificial acorde. Y les puedo confirmar que siguen siendo tan duros como siempre, incluso diría que en la dificultad normal en la que completé la campaña, me resultaron mucho más difíciles de derrotar que en Halo 5: Guardian, el cuál tengo bien fresco por haberlo vuelto a completar con mi compañero David Palacios hace poco tiempo. Quiero destacar la batalla contra los jefes, mejor planteadas que en el pasado. Aunque no todas son rosas, se nota que la IA no está del todo adaptada a espacios abiertos y a la distancia les cuesta mucho manejarse y reaccionar a nuestros ataques.
Un multijugador muy completo aún en estado Beta
Como dice el titulo, al momento de probar el multijugador, el mismo se encontraba en estado Beta, pero aún así puedo decir que mi experiencia fue muy buena. Eso sí, el modo cooperativo para la campaña y el editor de experiencias Forge, se encuentran ausentes por ahora.
Habiendo aclarado esto, he probado el modo competitivo y la verdad que me divertí bastante. Mi experiencia fue muy fluida en todo momento y nunca tuve problemas para encontrar personas con las que jugar.
A diferencia de Halo 5: Guardian, no contamos con sobres de elementos desbloqueables sino que ahora tenemos eventos de temporada, que al ir superándolas nos desbloquearán extras como nuevas armaduras.
Podemos acceder a desafíos de eventos o bien elegir partidas rápidas de 4 vs 4 en modo Asesino y Objetivo, también tenemos Guerra entre equipos en batallas de 12 vs 12, de Aniquilación, Conquista de territorio y Captura de bandera. Estas batallas cuentan con mapas enormes en el cual hay vehículos y naves de todo tipo. También está la arena clasificatoria, en la que tenemos que pelear solo con un rifle de asalto y sin radar, para ir subiendo de rango.
Tampoco podía faltar el poder crear nuestras partidas personalizadas, tanto en modo online como el siempre agradecido modo local hasta 4 jugadores.
Todos estos modos multijugador son crossplay, lo que significa que podemos jugar con usuarios de plataformas Xbox One, Series y PC. Y lo más importante es que este multijugador es gratis, aun sí no comprás el Halo Infinite o no disponés del Gamepass. Y todas las actualizaciones y pase de temporadas van a hacer gratuitas; una excelente noticia por parte de Microsoft y que no hace más que confirmar el gran compromiso que lleva los últimos años con la comunidad Gamer.
Una evolución en lo técnico
Una de las cosas de las que más se habló desde esa fallida presentación de hace más de 1 año, fue el pobre apartado técnico que se mostró. Es verdad que aquella presentación se hizo con una versión inacabada pero quedó muy lejos de lo que se podía esperar de esta entrega. Por suerte se ve que el atraso dio sus frutos porque Halo Infinite luce espectacular. Nunca pensé que iba a notar un cambio tan significativo con la entrega anterior, más cuando se juega en su mayoría en un mundo abierto, pero la verdad que sorprendió. Los modelos de los personajes y de los enemigos tienen un nivel de detalle enorme, mostrando tremenda expresividad, en especial en las escenas recreadas con el motor del juego.
El mundo abierto de Halo Zeta también luce increíble, con una enorme vegetación que contrasta muy bien con la arquitectura Forerunner y todo sin mostrar tiempos de cargas. Los efectos especiales, como los disparos de las armas y las explosiones son todo un espectáculo, con una iluminación muy bien lograda, con cambios de ciclo día/noche y un HDR muy bien implementado.
En mi caso lo he estado jugado en una Xbox One X pudiendo elegir entre modo calidad o rendimiento, y en los dos modos he podido jugar muy bien, solo teniendo alguna caída importante de frame en alguna batalla importante en modo calidad, en modo rendimiento el juego va a 60 fps muy fluidos en todo momento. Si acusé de popping y de algunas texturas que tardaron en cargar en el mundo abierto, pero quiero destacar la prácticamente ausencia de bugs durante las horas que me llevó la campaña y que jugué al multijugador.
En el aspecto sonoro todo sigue siendo igual de bueno, con partituras musicales magistrales y voces en latino de nivel profesional. Para destacar, las voces de los enemigos que no paran de hablar y hacer comentarios de todo lo que va pasando en ese instante, con momentos realmente divertidos.
Un gran homenaje
343 Industries hizo un excelente trabajo con Halo Infinite. Me hizo revivir lo que sentí 20 años atrás cuando jugué por primera vez al Halo: Combat Evolved. No sólo es una excelente continuación y reinicio que deja las bases establecidas de cómo serán las futuras entregas sino que es una celebración a una franquicia que ya es parte fundamental en la historia de la marca Xbox y de la historia de los videojuegos. El Jefe Maestro está devuelta y se encuentra en mejor forma que nunca.
Lo bueno
- El mundo abierto le cae de maravilla a la franquicia
- Una historia personal y emotiva
- La incorporación del gancho es un gran acierto
- Técnicamente por ser intergeneracional está a un gran nivel
- Multijugador muy completo por ser una Beta y gratuito para todos
Lo malo
- Halo Zeta podría haber sido más variado
- Se acusa de popping en el mundo abierto
- Algunos problemas con la IA en espacios muy abiertos
PUNTUACIÓN: 96 “Una celebración”